Entrevista al Doctor Mariano Sanz en la revista Maxillaris
A continuación os dejamos la entrevista que la revista Maxillaris realizó al Dr. Mariano Sanz:
Con su larga trayectoria académica, así como investigadora y clínica, ¿qué representa para usted el nombramiento de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Coimbra?
Representa muchísimo, ya que un nombramiento Honoris Causa es la máxima distinción que se puede obtener en la carrera académica. Además, estos nombramientos los votan los claustros de las universidades sobre una trayectoria académica presentada por un ponente (en este caso, la Facultad de Medicina Dentaria de la Universidad de Coimbra) y la gran mayoría del claustro pertenece a otras disciplinas y áreas científicas, por lo que los que me han votado no me conocen personalmente, sino a través de mis publicaciones, escritos, etcétera, lo que aporta una relevancia mucho mayor. Por otra parte, la Universidad de Coimbra es una de las más antiguas y prestigiosas de Europa (data del siglo XIII), lo que aporta a este nombramiento un grado de solemnidad que, la verdad, me abruma un poco.
¿Qué relación mantiene actualmente con las entidades académicas portuguesas y los profesionales de este país?
Siempre he mantenido una colaboración muy estrecha, sobre todo con las tres Facultades de Odontología de las universidades públicas (Lisboa, Oporto y Coimbra). Hace unos 15 años tuve la oportunidad de colaborar con el gobierno portugués y participé en la evaluación de la calidad de la educación odontológica en este país, por lo que visité todas las facultades de Odontología y, por ello, realicé muchos viajes a Portugal y pude conocer a multitud de profesores, estudiantes, autoridades académicas, etcétera. Siempre recibí un trato exquisito y una cordialidad que perdura en la actualidad. Conocí profundamente la realidad de la educación odontológica en nuestro país vecino y participé de algún modo en la introducción de las directrices del Espacio de Educación Superior Europeo (el también llamado proceso de Bolonia) en dichas facultades, que de hecho realizaron un profundo cambio curricular para adaptarse a dicho proceso.
El año pasado le nombraron Doctor Honoris Causa por la Universidad de Gotemburgo y ahora por la Universidad de Coimbra. ¿Ha llegado la hora de recoger los frutos de sus muchos años de dedicación académica?
La verdad es que uno no trabaja a lo largo de muchos años pensando en recoger premios y distinciones, pero es muy agradable cuando tus pares en distintas partes del mundo reconocen tu trayectoria, en este caso la vertiente académica e investigadora. Gotemburgo fue una situación muy especial, ya que esta universidad representa para mí La Meca de la Odontología moderna y su espaldarazo supuso dar sentido a todos los esfuerzos realizados durante muchos años. En el mundo científico y académico, cuando venimos desde el sur de Europa siempre tenemos que vencer ciertos prejuicios, lo que nos obliga a esforzarnos un poco más, aunque una vez demostrada la calidad de nuestro trabajo, nuestra intrínseca capacidad para crear e improvisar nos permite a veces llegar un poco más allá, lo que no siempre se valora. Es por esto que este reconocimiento por parte de nuestros colegas escandinavos tiene un sabor muy especial.
No obstante, también el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de San Sebastián, en Santiago de Chile, fue una enorme satisfacción, por lo que supuso de reconocimiento por parte de las universidades de Latinoamérica. En esta región he desarrollado multitud de actividades y mantengo una gran cantidad de amigos, discípulos y eminentes colegas universitarios.
En esta ocasión, el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Coimbra supone el reconocimiento de una “universidad clásica”, con mucha tradición y con unos códigos de solemnidad muy notables. Para mí es muy importante que podamos combinar innovación y creatividad con historia y tradición. Por ello, este nombramiento en Coimbra es también muy especial.
Usted es un referente para los estudiantes españoles, pero también lo es para los alumnos europeos y de otros países. ¿Qué aspectos de nuestra formación podemos exportar fuera de nuestras fronteras?
Los estudiantes españoles tienen unos atributos que los hacen muy especiales: fundamentalmente, su espíritu abierto y cordial, su entusiasmo, su creatividad, su capacidad para trabajar en grupo y su generosidad. Todo ello, si se combina con el trabajo y la dedicación, hace que nuestros buenos estudiantes destaquen allá donde vayan. Hay múltiples ejemplos de excelentes estudiantes, tanto en universidades españolas como extranjeras, ya sea en el ámbito del graduado como del posgraduado. Una buena formación es lo que conduce al aprendizaje y al desarrollo de unas competencias que permiten a los jóvenes odontólogos desarrollar su carrera profesional con éxito. En este sentido, creo que nuestra formación es adecuada y, de hecho, por las circunstancias de nuestro entorno económico, muchos jóvenes odontólogos que han salido de nuestras universidades y han tenido que emigrar han demostrado, en términos generales, que son muy capaces y competentes. No creo que nuestra formación sea muy diferente a la de otros países de nuestro entorno. Como en estos países, en el nuestro también hay instituciones de mejor o peor calidad al igual que profesores y estudiantes mejores y peores.
¿Hay aspectos de la formación de otros países que le gustaría importar para España?
Más que aspectos de formación, a veces me gustaría importar ciertos atributos de excelencia, que quizás uno observa en otros entornos universitarios, sobre todo del norte de Europa, con más frecuencia que en el nuestro. Entre otros, aprecio especialmente la pasión por el trabajo bien hecho, la rectitud y la honestidad con la adquisición y la transmisión del conocimiento, la valoración de la evaluación como componente fundamental del aprendizaje y el desarrollo de procesos donde la aseguración de la calidad sea tan importante como los resultados alcanzados. Introducir estos atributos en nuestro quehacer universitario es clave para poder ser competitivo en el marco internacional.
Usted se ha manifestado a favor de las especialidades odontológicas y Portugal va por delante en este sentido, ya que está inmerso en estos momentos en una fase de ampliación de las mismas, donde se incluye la periodoncia. ¿Qué opinión le merece el sistema de aprobación de especialidades de Portugal? ¿Debe ser un ejemplo para España?
En el campo de la Odontología, Portugal nos ha demostrado ampliamente cómo se deben realizar procesos complejos con seriedad y, al mismo tiempo, alcanzando un amplio respaldo tanto del mundo universitario como profesional. El tema de las especialidades es un claro ejemplo. Han adoptado rigurosamente las directivas europeas en cuanto a formación de especialistas de la Odontología, por lo que han asimilado procesos formativos rigurosos y de alta calidad. Al mismo tiempo, han diseñado un sistema para adaptar a todos aquellos profesionales que llevaban tiempo limitando su actividad profesional a un área de especialidad o que tenían una formación avanzada en dicha materia, lo que ha permitido que la transición se realice sin apenas traumas y problemas. Efectivamente, en Portugal la periodoncia es una especialidad reconocida como en otros muchos países, tanto de Europa como de otras partes del mundo, y, además han adoptado el modelo no restrictivo, que implica que cualquier profesional por el hecho de ser odontólogo tiene competencia para realizar tratamientos periodontales. Sin embargo, el especialista tiene un nivel de formación más avanzado, aunque sus competencias profesionales no sean muy diferentes. Creo que sería un magnífico ejemplo para España.
¿Se puede llegar a un sistema de especialidades sin antes regular la formación posgraduada existente en España? A su juicio, ¿cuál sería el modelo idóneo para este tipo de formación?
La formación posgraduada y la formación de especialistas son conceptos diferentes que a veces se confunden. La formación posgraduada es toda aquella que se realiza una vez que se ha alcanzado el grado, en este caso el de Odontología. Esta formación posgraduada puede ser reglada (programas a tiempo completo o parcial) o no reglada (programas de formación continua, programas modulares, formación on line, etcétera). Por ello, la formación posgraduada es muy amplia y de difícil regulación por parte de las autoridades gubernamentales. Se deben reglar las condiciones de calidad de la formación posgraduada más que la formación en sí.
La formación de especialistas, sin embargo, es algo muy diferente y específica, ya que se trata de formar a profesionales en un área determinada de la Odontología para alcanzar unas competencias profesionales muy concretas, tanto en el ámbito de los conocimientos como de las habilidades. Esta formación sí debe estar regulada en el marco estatal, ya que la sociedad debe asegurarse de que los especialistas, independientemente de dónde se hayan formado, tengan las mismas competencias. Existe una regulación supranacional (directivas europeas) que se debe cumplir y nuestra legislación se debe adaptar para conseguir una formación de especialistas de calidad.
Tras su intensa etapa en la gestión docente, suponemos que ahora tiene más tiempo para la investigación. ¿Sobre qué temáticas está trabajando actualmente? ¿Es la regeneración el gran futuro de la Odontología?
Efectivamente, llevo casi cuatro años sin responsabilidades de gestión académica, lo que me ha permitido dedicar más tiempo a nuestro grupo de investigación en la Universidad Complutense. Trabajamos en distintas líneas de investigación, llevando a cabo tanto investigación básica como aplicada, siempre en nuestra área de la periodoncia y los implantes dentales. Efectivamente, realizamos un importante número de proyectos valorando y estudiando distintas tecnologías regenerativas, tanto de tejidos duros como blandos, y estamos convencidos de que las medicinas regenerativas y las medicinas personalizadas serán el futuro de cualquier área sanitaria y, por supuesto, de la Odontología.
¿Cómo ha sido su primer año al frente de la Osteology Foundation? ¿Se está logrando acercar la investigación, sobre todo en materia de regeneración, al conjunto de la profesión?
Está siendo una experiencia apasionante, ya que la Osteology Foundation desarrolla actividades educativas y científicas en todo el mundo y, por ello, tiene un alcance global. En este sentido, hemos desarrollado una plataforma electrónica, que se llama “The Box”, que nos permite estar conectados con profesionales e investigadores de cualquier esquina del planeta. En España, hemos alcanzado un acuerdo con la SEPA y hemos formalizado un convenio para realizar actividades conjuntas, lo que seguro redundará en una mejor difusión de esta área de la Odotología y en la transferencia entre ciencia y práctica, que es el objetivo básico de nuestra Fundación. Como ejemplo, estamos organizando el Symposium Osteology España que se celebrará en Barcelona el próximo mes de febrero, donde vamos a traer los mejores especialistas internacionales en regeneración bucal, tanto de tejidos duros como blandos. Seguro que será un gran éxito.
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